jueves, 30 de agosto de 2012

Soy fugitiva

Soy fugitiva. Cada vez que me planto delante del ordenador siento que no es mi sitio y tengo la necesidad de buscar otro lugar. Salgo de casa, me voy a un bar cercano, me tomo un blanco y tengo la imperiosa necesidad de salir a la calle. Salgo a la calle y enseguida me viene el pensamiento de que quizá estaría mejor sentada frente a mi ordenador. Y el círculo continúa, siempre huyendo, siempre y en cualquier lugar una extraña.

Contar para no olvidar

Las telediarios se hacen eco del último juicio sobre la guerra que desintegró a la antigua Yugoslavia, sentando en el banquillo al enésimo acusado de genocidio. Me acuerdo entonces de que el problema lo había conocido yo de primera mano, cuando realizando un seminario en la Universidad de Hamburgo se sentaron ante nosotros tres chicas que acababan de llegar de la guerra dispuestas a contarnos sus experiencias. Transcribo aquí lo que escribí entonces:

La vache que lit

Siento decirte que el humano no es más que un ser orgulloso y narcisista. Como si se creyera el único partícipe de ciertos dones que le ha otorgado la naturaleza por su cara bonita.