jueves, 30 de agosto de 2012

Soy fugitiva

Soy fugitiva. Cada vez que me planto delante del ordenador siento que no es mi sitio y tengo la necesidad de buscar otro lugar. Salgo de casa, me voy a un bar cercano, me tomo un blanco y tengo la imperiosa necesidad de salir a la calle. Salgo a la calle y enseguida me viene el pensamiento de que quizá estaría mejor sentada frente a mi ordenador. Y el círculo continúa, siempre huyendo, siempre y en cualquier lugar una extraña.

Contar para no olvidar

Las telediarios se hacen eco del último juicio sobre la guerra que desintegró a la antigua Yugoslavia, sentando en el banquillo al enésimo acusado de genocidio. Me acuerdo entonces de que el problema lo había conocido yo de primera mano, cuando realizando un seminario en la Universidad de Hamburgo se sentaron ante nosotros tres chicas que acababan de llegar de la guerra dispuestas a contarnos sus experiencias. Transcribo aquí lo que escribí entonces:

La vache que lit

Siento decirte que el humano no es más que un ser orgulloso y narcisista. Como si se creyera el único partícipe de ciertos dones que le ha otorgado la naturaleza por su cara bonita. 

sábado, 9 de junio de 2012

Moñita

A Paula le habría gustado que aquellos últimos quince días hubieran transcurrido con la misma celeridad con la que subía aquellos quince escalones. Pero le había vencido la misma impaciencia y el mismo pálpito de las vísperas de Reyes. Y mientras la Moñita subía al desván y le habría el camino, ella recordaba la precisión con la que había seguido aquel camino durante diez años, desde que había sido predestinada a nacer el mismo día que su bisabuela, pero con ochenta años de diferencia.

lunes, 16 de abril de 2012

Sólo quien cultiva produce cultura

Semos pueblo. Y lo digo así, sin rubor, porque parece que hubiera una semántica que nos define y que nos diferencia del habitante de la ciudad. Pero nosotros, aborígenes, naturales del campo, parecemos irremediablemente abocados a desenvolvernos en la órbita de la ciudad y a tener que asimilar todos sus desvaríos. Ya no semos, sino que somos, y no es porque nosotros lo reclamemos, sino porque ellos así lo quieren. Ya somos parte del conjunto de su ciudadanía, como a ellos les gusta llamarse. Somos ciudadanos adjuntos.

domingo, 1 de abril de 2012

Queridas niñas, queridos niños:

Os escribo esta carta para avisaros de que ya se está pasando el invierno y que pronto estaré de vuelta. Os preguntaréis quién soy, quién es la que llega ahora que los Reyes y el Olentzero se han ido, después de haber cumplido, con creces, con sus arrebuchas de chucherías y regalos. Pues deciros que no soy otra que la que alegra los atardeceres de vuestros pueblos, la que pone música al bullicio de vuestros parques, chasqueando con su pico y acompañando al redoble de las campanas. Soy la que os observa, divertida, desde su atalaya de la torre: soy la cigüeña.

lunes, 19 de marzo de 2012

Un lugar en la Historia

No sé quién fue el que dijo que la Historia era una cuestión demasiado seria para dejársela a los historiadores. La Historia es vanidosa, se alimenta de amor propio, y cuando alcahueteamos en ella siempre pasamos de largo sus páginas más incómodas, como cuando hojeamos el álbum de nuestra adolescencia. A nadie le agrada airear ni al cierzo ni al bochorno los deslices de su juventud descerebrada. Pero hay que aprender de los errores del pasado y para ello no nos queda otro remedio que rememorarlos. La Historia no está escrita por los vencedores, como nos insinuaron y quisieron hacer ver, sino por una élite de figuras egregias que se han repartido el pastel con todas sus puntillas de merengue, mientras al vulgo no le quedaba otra que conformarse con las raspas. En la Historia siempre ha habido unos perjudicados, las víctimas, y si de verdad queremos hacer memoria histórica, comencemos, pues, por ellos. Que sean ellos los que reescriban la Historia.